sábado, 5 de noviembre de 2022

Futuro CIA Ucrania

 

Operación Gladio fue el nombre en clave de las operaciones clandestinas de «resistencia armada» de la llamada «Red Stay Behind» planeadas por la Organización del Tratado de Bruselas, y posteriormente por la OTAN, en caso de una hipotética invasión y conquista de Europa occidental por parte del Pacto de Varsovia. Aunque Gladio se refiere específicamente a la rama italiana de las organizaciones respaldadas por la OTAN, «Operación Gladio» se utiliza como un nombre informal para todas ellas. Se prepararon operaciones de resistencia en muchos países miembros de la OTAN y en algunos países neutrales como Suiza.1

El papel de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Gladio —el alcance de sus actividades durante la Guerra Fría y cualquier responsabilidad por los ataques terroristas perpetrados en Italia durante los Años del Plomo -son objeto de debate. La resolución del Parlamento Europeo sobre Gladio concluyó que los servicios secretos militares en ciertos estados miembros estaban involucrados en delitos graves y actos terroristas, independientemente de si sus superiores lo sabían o no.2​ El informe también instaba a que los poderes judiciales de los países en los que operaban esos ejércitos hicieran investigaciones para que se revelara su modus operandi y su extensión real.3

Hasta la fecha, solo Italia, Suiza y Bélgica han tenido investigaciones parlamentarias sobre el asunto.4​ El juez Guido Salvini, que trabajaba en la Comisión de Masacres de Italia, descubrió que las organizaciones terroristas de extrema derecha de los «años de plomo», La Fenice, Vanguardia Nacional y Ordine Nuovo, eran las tropas de trinchera de un ejército secreto, controlado remotamente por exponentes del aparato del Estado y vinculado con la CIA.5​ Salvini dijo que los servicios estadounidenses los alentaron a cometer atrocidades.6

La investigación suiza encontró que la inteligencia británica cooperó en secreto con su ejército en una operación denominada Projekt-26 y proporcionó entrenamiento en combate, comunicaciones y sabotaje.6​ También descubrió que el P-26 no solo organizaría la resistencia en caso de una invasión soviética, sino que también se activaría si la izquierda lograba una mayoría parlamentaria.7​ La investigación belga en cambio no pudo encontrar información concluyente sobre su ejército. No se encontraron vínculos entre este y los ataques terroristas y la investigación señaló que los servicios secretos se negaron a proporcionar la identidad de todos los agentes, lo que podría haber resuelto todas las dudas.8​ Una investigación parlamentaria italiana de 2000 concluyó más tarde que las masacres terroristas y los atentados con bombas habían sido organizados, promovidos o apoyados por hombres dentro del Estado italiano que además estaban vinculados a la inteligencia estadounidense. El informe también dijo que Estados Unidos era culpable de promover la estrategia de la tensión.9

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